7.3 El día de Jehová: Isaías 34
Acercaos, naciones, juntaos para
oír; y vosotros, pueblos, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el
mundo y todo lo que produce. Porque Jehová está airado contra todas las
naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; las destruirá y las
entregará al matadero… he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el
pueblo de mi anatema. (Is. 34:11-2, 5b).
De la forma en que en Is. 13:5 se utilizaba un absolutismo para referirse a la destrucción de toda la tierra, pero queriendo claramente referirse a una nación específica, acá se usa otro absolutismo semejante en la expresión ‘todas las naciones’ para referirse particularmente a Idumea. En la misma profecía, en el ver. 5b, se acota el alcance de la sentencia al referirse a Edom como la nación que sufrirá castigo, el pueblo de su anatema; puede parecer contradictorio que la profecía comience anunciando algo que pareciera referirse a la destrucción del planeta completo, pero que finalmente se esté refiriendo a una pequeña nación mediante una hipérbole formada por un absolutismo. No tendría sentido alguno que literalmente la profecía se refiera al fin del planeta, pero luego haga formulaciones específicas sobre lo que sucede en una nación en particular, a su pecado, referencias a la geografía de Edom y al motivo particular de su castigo; Edom no tiene la importancia o la escala del mundo completo como para poder pensar en una sinécdoque —Edom representando al planeta en su conjunto—, además que los motivos de juicio son muy particulares a Idumea y su pecado y no podrían representar al mundo entero. La expresión hebrea es כָּל־הַגֹּויִם, “kol haggoím” y aclara que se refiere de forma específica a todos los gentiles, llamados “góii” (H1471).[1]
Como nota general sobre este capítulo, el flujo del texto conecta
todas estas afirmaciones mediante las partículas ‘porque’ e ‘y’, no permitiendo
que se esté refiriendo a eventos inconexos: “Acercaos naciones… PORQUE Jehová
está indignado contra ellas… Y los muertos de ellas serán arrojados [luego
otras imágenes]… PORQUE en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que
descenderá [la espada] sobre Edom en juicio, y SOBRE EL PUEBLO DE MI ANATEMA”.
En otras palabras, Dios, figuradamente, embriaga su espada —o cuchillo— sobre
el cielo y la tierra por el pecado de Edom, haciendo uso de lenguaje
hiperbólico. Luego el texto continúa en los vv. 6-7 con la misma espada que
castigó los cielos y las naciones para dirigirla a Edom y el v. 8 da el motivo:
“PORQUE es día de venganza de Jehová”. Los vv. 9-17 siguen uniendo la profecía
con el resto mediante la partícula ‘y’: “Y SUS arroyos [de Edom] se convertirán
en brea…” (v. 9), “Se adueñarán de ELLA [Idumea] el pelícano y el erizo… (v.
11), y así sucesivamente. De esta forma no se puede desmembrar la profecía para
en parte referirse a un juicio universal y en parte a Edom, en un único texto
que entremezcla estos supuestos juicios distintos. No se puede desconectar la
‘destrucción de las naciones’ con el juicio a Edom, al igual que las imágenes
de los vv. 3-5; se trata de un solo cuerpo que habla sobre Edom en particular
(cf. Ez. 25:12-14).
Y los muertos de ellas serán
arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán
por la sangre de ellos. Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se
enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la
hoja de la parra, y como se cae la de la higuera. Porque en los cielos se
embriagará mi espada. (Is. 34:3-5a).
En el caso de intentar buscar un significado literal a esto, habría que
resolver el problema de la forma en que el cielo se habría de destruir: ¿acaso
el cielo se disolverá o se enrollaría? De tomar esto literal, debiere
resolverse por una u otra forma, pero no ambas; o el cielo se disuelve o se
enrolla. De acuerdo a lo ya revisado en el estudio de las características del
lenguaje hebreo, esto solo tiene sentido si es entendido como un paralelismo. Es
un abuso hermenéutico ignorar la naturaleza de este lenguaje poético hebreo
para interpretar literalmente estas afirmaciones.
Llena está de sangre la espada de
Jehová, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de machos cabríos,
de grosura de riñones de carneros; porque Jehová tiene sacrificios en Bosra, y
grande matanza en tierra de Edom. Y con ellos caerán búfalos, y toros con
becerros; y su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se engrasará de
grosura. (Is. 34:6-7).
Más que una espada de guerra, la imagen que se presenta es la de un sacerdote con un cuchillo para sacrificio, donde los carneros y los becerros son metáforas para los edomitas de todas las clases sociales.[2]
Moab, cuya capital era Bosra, al parecer se incluye en este versículo; se
trata de pueblos emparentados, Moab justo al norte de Edom, y este pueblo muy
probablemente al momento de la profecía hubo anexado o avasallado a Edom. Otras
fuentes dicen que Bosra de Moab en algún momento también fue capital de Edom,[3] e incluso otros
comentarios indican que se trata de otra ciudad, diferente a la capital de Moab
y que junto a Petra era la capital de Edom, correspondiente a la actual
el-Buseira o Basira.[4] En cualquier caso, el
paralelismo del ver. 6b reafirma a Edom como recipiente del Juicio y vuelve a disipar
alguna posibilidad de una referencia a un juicio mundial.
Porque es día de venganza de
Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sion. (Is. 34:8).
Se trata de una venganza que toma Dios de parte de Sion hacia Edom. El
motivo del juicio es que, Edom se aprovechó del cautiverio e invasión Babilonia
sobre Judá, matando a muchos de los que habían dejado los babilonios,
intentaron huir o buscaban refugio en Edom. También incitó a Babilonia a la
crueldad contra Judea (Sal. 137:7, Ez. 36:5), finalmente siendo castigada (Lam.
4:21-22) por los mismos caldeos[5] a mano de
Nabucodonosor en el 583 a.C. Es la justa retribución de los pecados de los
idumeos sobre sí mismos.
Y sus arroyos se convertirán en
brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente. No se apagará de
noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será
asolada, nunca jamás pasará nadie por ella. (Is. 34:9-10).
Más imágenes y lenguaje hiperbólico son hallados acá. Claramente en la actualidad no vemos arroyos de brea ni un gran fuego no extinto en la zona; se refiere a una comparación del destino de la nación con lo sucedido con Sodoma y Gomorra dentro de la hipérbole y el absolutismo, apelando a lo proverbial del castigo sobre aquellos pueblos. Ahora bien, estas imágenes no son aleatorias y muchas veces tienen un cumplimiento rastreable en la historia: en este caso existe evidencia de que la brea caliente era un método de castigo e intimidación utilizado por los caldeos de ese tiempo.[6]
Se adueñarán de ella el pelícano y
el erizo, la lechuza y el cuervo morarán en ella; y se extenderá sobre ella
cordel de destrucción, y niveles de asolamiento… En sus alcázares crecerán
espinos, y ortigas y cardos en sus fortalezas; y serán morada de chacales, y
patio para los pollos de los avestruces. Las fieras del desierto se encontrarán
con las hienas, y la cabra salvaje gritará a su compañero; la lechuza también
tendrá allí morada, y hallará para sí reposo. Allí anidará el búho, pondrá sus huevos,
y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas; también se juntarán allí
buitres, cada uno con su compañera… Y él les echó suertes, y su mano les
repartió con cordel; para siempre la tendrán por heredad; de generación en
generación morarán allí. (Is. 34: 11, 13-15, 17).
A diferencia de lo que sucede en el cap. 13, se desatacan: pelícanos,
lechuzas, cuervos, cabras, lechuzas, búhos y buitres. Todos estos son animales
que moran en acantilados y alturas, lo cual es una importante referencia a Edom
que se caracteriza por sus construcciones en acantilados y sobre cortes en
piedras —tal como aparece en Abd. 1:3: “[Edom]…tú que moras en las hendiduras
de las peñas…”— y que terminaría siendo habitada por estas criaturas; volviendo
a reafirmar que es Idumea el pueblo al que se está profetizando castigo, y no
literalmente todas las naciones y pueblos del globo. Otra referencia a los
montes de Edom sucede en el versículo 3, donde también dice: “los montes se
disolverán por la sangre de ellos”.
[1]
Referencia exclusiva a nación extranjera y de forma figurada —y algo
despectiva— se refiere también a un enjambre de langostas o a un montón de
animales.
[2]
Jamieson et al., Comentario exegético y explicativo de la Biblia. Tomo I, el
Antiguo Testamento, pág. 604.
[3]
Walton et al., Comentario del contexto cultural de la Biblia, Antiguo
Testamento, pág. 702.
[4]
Holman Bible Publishers, RVR 1960 Biblia de Estudio Holman, pág. 1198.
[5]
Jamieson et al., Comentario exegético y explicativo de la Biblia. Tomo I, el
Antiguo Testamento, pág. 604.
[6]
Walton et al., Comentario del contexto cultural de la Biblia, Antiguo
Testamento, pág. 702.
[7]
Morada de chacales siendo el destino de Edom, tal como Is.34:13.