4 Figuras literarias de significado (Introducción)

 


Al usar una palabra o expresión en otro sentido al que normalmente se le aplica, dándole un significado distinto al de su acepción común, se le denomina formalmente como tropo, palabra del griego que quiere decir dirección. También se puede decir que está expresada en sentido figurado, que se trata de una figura literaria de significado o que se trata de un idiotismo. Esto constituye un cambio de dirección del sentido de una palabra o expresión para adquirir otro significado. El tropo literario se origina cuando por un motivo poético se expresa algo en términos distintos para dar realce y dinamismo al mensaje, o también se genera por la necesidad de expresar ideas abstractas, específicas o que por cualquier otro motivo no dispongan de un término en el lenguaje que se intenta expresar, empleándose una palabra o expresión que normalmente tendría otro uso para referirse a esa idea. Como dice Berkhof a esta necesidad:

 

Esto se debe en parte a la incapacidad de describir cosas espirituales o celestiales en lenguaje literal, y en parte por la preferencia oriental por las representaciones pictóricas y plásticas; y también en parte por el deseo de variedad y belleza literaria.[1]

 

El uso de tropos se puede dar en simples sustituciones de palabras o como estructuras más complejas dentro de un mensaje, originando clasificaciones según sus características.[2] Se clasificarán en esta parte como tropos: la metonimia, el símil, la metáfora, la hipocatástasis, la parábola, la alegoría, el antropomorfismo y la personificación. Existen más figuras de significado, [3] pero las mencionadas figuras son altamente recurrentes en la profecía y se trata de las que originan más controversia en su interpretación. Tampoco la idea es caer en definir exhaustivamente cada figura, sino establecer normas de interpretación generales.

Es fundamental estudiar estas figuras de significado para identificarlas; evitando por un lado las interpretaciones textuales y por otro las interpretaciones alegóricas arbitrarias que puedan dar lugar a conclusiones erradas. Es así como la primera dificultad al estudiar escatología es la interpretación correcta de ciertos conceptos desconcertantes como: trompetas, potencias de los cielos siendo conmovidas, cielo o el abismo siendo abierto, fuego que sale de la boca, ángeles, personajes antagónicos, un gran trono blanco, dragones, seres grotescos, señales fantásticas de todo tipo; e incluso la naturaleza misma del advenimiento de Cristo es objeto de discusión. Figuras como estas son estudiables de forma objetiva; su interpretación no es libre, abierta ni exenta de normas de interpretación como se podría creer. Los tropos son porciones bíblicas y como tales son inspiradas por Dios, teniendo un mensaje relevante que transmitir. No son porciones oscuras e ininteligibles. Al respecto, Milton Terry expone:

 

Los mismos principios generales mediante los cuales establecemos el sentido histórico-gramático se aplican también a la interpretación del lenguaje figurado y nunca debiéramos olvidar que las porciones de la Biblia más llenas de lenguaje figurado son tan ciertas y veraces como los capítulos más prosaicos. Las metáforas, alegorías, parábolas, y símbolos son formas divinamente escogidas para presentar los oráculos de Dios y no debemos suponer que su significado sea tan vago e incierto que se haga imposible el describirlo. En conjunto, creemos que las partes de lenguaje figurado de las Escrituras no son tan difíciles de entender como muchos se han imaginado. Mediante un discernimiento cuidadoso y juicioso, el intérprete debe procurar determinar el carácter y propósito de cada tropo particular y explicarlo en armonía con las leyes ordinarias del lenguaje y el plan, objeto y contexto del autor.[4]

 

Dentro de los factores a considerar dentro del contexto del autor, cabe señalar que las fuentes de las cuales el hagiógrafo toma elementos para construir figuras de significado no pueden ser otras que las provenientes de la cotidianeidad del autor en su momento histórico: sus hábitos, la vida en comunidad tanto familiar como civil, los oficios y ocupaciones, los elementos físicos de la tierra santa, la liturgia y la vida religiosa, entre otras.[5]



[1] Berkhof, Principios de interpretación Bíblica, pág. 61.

[2] Como en otras clasificaciones de figuras dentro de la retórica, no hay consenso pleno sobre la clasificación de tropos. El criterio adoptado para esta clasificación es: si la figura hace un cambio en el significado de las palabras, se clasifica como tropo.

[3] Sin embargo, se recomienda ver obras especializadas sobre los tropos no abordados en este libro, ya sean obras de hermenéutica bíblica o de gramática en general.

[4] Terry, Hermenéutica, pág. 58.

[5] Ibíd. pág. 57.

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