2.2 Métodos de interpretación: Método Literalista Rígido

 


En oposición al método anterior, desde la reforma hasta nuestros días, se ha planteado la necesidad de entender la Biblia en su sentido literal. Esto significa que se debe buscar el significado común de las expresiones contenidas en las Escrituras, a no ser que haya alguna expresión que se deba entender desde su sentido figurado. Sin embargo, existe también el otro extremo en el espectro del entendimiento de las Escrituras en lo relativo al sentido de las palabras, esto es el literalismo rígido. Este método, si bien se fundamenta en la creencia de una gran reverencia a las Escrituras y un ánimo de entender el sentido directo de las palabras utilizadas para no caer en alegorizaciones, ignora otros aspectos de la comunicación que son el uso de figuras de dicción,[1] figuras de significado,[2] elementos como símbolos o tipos, uso de distintos estilos dentro del relato e ignorar el contexto de cada palabra, abusando de su significado.

Este método se puede asociar a la interpretación del judaísmo palestino de algunos siglos antes de Cristo, donde en un espíritu de no faltar a la ley, muchas expresiones correspondientes al lenguaje figurado se tendían a interpretar de forma textual. Esto en la práctica se acompañaba de un fuerte legalismo. Por ejemplo, José M. Martínez expone que en base al Salmo 130:1 donde dice: “De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo”, [3] se interpretaba como que la oración debe practicarse en la posición corporal más baja posible. Otro ejemplo de este tipo de interpretaciones en el judaísmo se ve en el uso de la mezuzá, la cual consiste en una caja que contiene un pequeño rollo escrito que los judíos ponen en las puertas de sus casas, y para ciertas festividades también llevan amarradas a sus manos y frentes. Esta práctica se fundamenta en la interpretación literalista de Deuteronomio 11:18 y 20, donde dice “Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos (…) y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”. Parte del contenido escrito del rollo es la plegaria llamada vehayáh ’im shamoa’,[4] que precisamente corresponde a Dt. 11:13-21, es decir que literalmente los judíos ponían esas mismas palabras en sus manos, frentes y puertas.

Es obvio por ejemplo que Jesús era un hombre y no una vid, un pan, un pozo, un cordero o una piedra (Jn. 15:1, 6:48, 4:13, 1:29 y Hch. 4:11), de su boca no sale una espada ni tiene una hoz en su mano que se extiende desde las nubes hasta la tierra (Ap. 19:15, 14:15). Jehová tampoco es una roca, un castillo, un escudo (Sal. 18:2) o una fuente de agua (Jer. 2:13), tampoco tiene una red para atrapar pájaros (Oseas 7:12), no pastorea personas (Sal. 23:1), ni ha guardado el trono físico de David en algún recinto como un museo (2 Sam. 7:13). Todas estas expresiones deben entenderse en su sentido figurado y no textualmente. Casi la mitad del Antiguo Testamento está escrito en un estilo poético,[5] y no se refiere solo a libros como Salmos o libros proféticos, los usos de figuras de dicción y significado incluso textos narrativos sobre hechos históricos,[6] y como vimos en el ejemplo sobre la mezuzá, hay uso de recursos literarios dentro de la misma ley que deben entenderse en sentido figurado. En el Nuevo Testamento también tenemos muchas expresiones que deben entenderse en su sentido figurado, y estas expresiones no solo están en las parábolas de Jesús o en textos proféticos, sino en epístolas[7] y textos narrativos.

En la actualidad podemos encontrar una variante de este tipo de interpretación literalista, que incorpora en su hermenéutica estos principios de manera parcial y en menor medida, dentro del sistema conocido como Dispensacionalismo.[8] Dentro de esta corriente se adopta el método de interpretación literal, donde en teoría se reconoce el lenguaje figurado en la Biblia,[9] pero no siempre se aplica correctamente debido a la preferencia de este método por interpretar de forma textual muchos pasajes, interpretaciones que finalmente justifican muchos postulados dentro de la teología del Dispensacionalismo. Por ejemplo, dentro de este sistema se interpreta de manera textual el cumplimento de muchos pasajes del Antiguo Testamento que hablan sobre promesas de bendiciones al Israel del Antiguo Testamento. En un principio se atribuían de forma textual estas bendiciones y promesas a los practicantes del judaísmo y a los judíos étnicos, pero más tarde con la conformación del país actual de Israel, estas promesas se trasladan fundamentalmente a los habitantes de ese país en el periodo futuro llamado la dispensación del milenio. Se dice que las promesas del Antiguo Testamento fueron hechas al pueblo de Israel, por lo tanto, deben cumplirse de forma literal en ese pueblo. Se interpreta[10] de forma textual por ejemplo el pasaje de Isaías 11:6-8 que dice “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora”, donde se interpreta que en un milenio futuro donde el Mesías reinaría después de su segunda venida, los leones literalmente comerán paja y los animales carnívoros no se comerán a los herbívoros, conviviendo en paz; requiriendo cambios en la fisiología de los animales. En este ejemplo se está ignorando el sentido figurado del pasaje, el cual además está inscrito en un cuerpo de texto que exhibe otros elementos típicos del estilo poético hebreo, como el paralelismo y la reiteración de ideas. Es un error señalar que el dispensacionalismo basa su interpretación en un método literalista rígido, ya que muchas veces reconoce las figuras literarias en las Escrituras y las entiende en ese sentido, pero dentro de su hermenéutica hay una clara tendencia hacia las interpretaciones textuales o literalistas por sobre el reconocimiento del lenguaje figurado y el reconocimiento de símbolos, tipos, entre otros.

La relevancia del estudio del método literalista rígido es que en la actualidad el Dispensacionalismo ha influido en gran proporción a la iglesia cristiana, y con ello ha propagado en cierta medida el literalismo rígido en la interpretación de la profecía. Lo relativo a los últimos tiempos es un tema que por lo demás tiene gran importancia en el Dispensacionalismo. Al igual que para el método alegórico, es importante reconocer los casos de literalismo rígido para no cometer los abusos interpretativos que formula, cayendo en errores que repercuten sensiblemente en varias doctrinas cristianas.

[1] Las figuras de dicción son recursos literarios que afectan a la forma de las palabras y oraciones. Están las figuras de transformación, figuras de repetición, figuras de omisión y figuras de posición.

[2] Las figuras de significado o tropos, son recursos literarios que consisten en cambios en el significado de las palabras y expresiones, como la alegoría, la hipérbole, la metáfora, la personificación, el símil, entre otras.

[3] Martínez, Hermenéutica Bíblica, pág. 67.

[4] Expresión en hebreo que significa “Y sucederá [que] si oyen”, Dt. 11:13a. Era una práctica habitual para los antiguos hebreos nombrar cuerpos de texto de acuerdo a sus primeras palabras.

[5] Terry, Hermenéutica, pág. 48. Por otro lado E.W. Bullinger en su Diccionario de figuras de dicción usadas en la Biblia, incorpora casi 8.000 versículos distintos como ejemplos de figuras literarias de los cerca de 30.000 que tiene toda la Biblia.

[6] Ver por ejemplo Ex. 3:17, Núm. 11:33, 16:32, entre otros.

[7] Como en Rom. 3:30, Gál. 2.9 o Ef. 2:20, 5:8.

[8] Sistema teológico originado en 1830 por John N. Darby, caracterizado por la doctrina que sostiene que Israel como nación y la Iglesia como cuerpo de Cristo no forman un único pueblo de Dios, sino dos pueblos con profecías, promesas y destinos diferentes. Otras características son entender la Biblia en 7 dispensaciones o administraciones y su inclinación hacia la literalidad textual en la interpretación de la Biblia. Este sistema es el utilizado por iglesias pentecostales, buena parte de iglesias bautistas y en general hoy es adoptado por una gran proporción de iglesias evangélicas.

[10] Stanley M. Horton, ed., Teología Sistemática, Una perspectiva pentecostal, Edición ampliada (Editorial Vida, 1996), pág. 635. Se debe aclarar que el Dispensacionalismo ha sufrido cambios desde sus orígenes hasta hoy, estos cambios se reflejan en los periodos: Clásico, Revisado y Progresivo, donde ha habido tendencia hacia una interpretación menos rígida y textual de ciertos postulados que se plantearon en el principio. La interpretación de este pasaje corresponde al periodo del Dispensacionalismo Revisado, la corriente más importante y extendida en las iglesias dispensacionalistas latinoamericanas.

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