11 Evangelios II: parábolas y anuncios (Introducción)
Muchas de las parábolas de Jesús, tuvieron por objetivo confrontar a los
fariseos, anunciando la llegada del reino de Dios —junto con el siglo venidero
y el nuevo pacto— haciendo, mediante el evangelio, un llamado a los judíos a
seguirlo e integrarse a esta nueva forma de relación que establece Dios con su
pueblo. El llamado que Jesús hace al iniciar su ministerio es este:
El tiempo se ha cumplido, y el
reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Mr. 1:15).
Todas las parábolas de Jesús
obligan a los oyentes a tomar posición sobre su persona y sobre su misión. Pues
todas están llenas del «misterio del reino de Dios» (Mr. 4:11), a saber, de la
certeza de la «escatología que se realiza». La hora del cumplimiento ha
llegado; ésta es su nota fundamental… Ha comenzado el año de gracia de Dios.
Pues ha aparecido Aquel cuya oculta majestad centellea tras cada palabra y
tras cada parábola: el Salvador. [1]
Bajo esta óptica se esclarecen muchos de los enigmáticos dichos del Señor
y se puede llegar a una interpretación más coherente,[2] acorde a los
sucesos del tiempo de Jesús y al entender el contexto de transición entre
pactos que se vivía a raíz de su ministerio, concepto llamado ‘la situación de
la vida de Jesús’.[3]
No se deben entender estas figuras como principios generales aplicables a
prácticamente cualquier cosa, —ya que como cualquier texto al que se le
atribuye múltiple significado, termina perdiendo todo valor— sino a alguna
situación específica en el ministerio de Jesús.[4] En consideración a
esto —tanto en el sermón del monte como en otras parábolas de los evangelios—
es clave explorar la posible comparación entre los elementos de connotación
negativa de alguna parábola con la clase religiosa y los judíos, la generación
mala y adúltera, así como de considerar a la iglesia del nuevo pacto como
sinónimo del reino de los cielos o como el significado de algún símbolo con
aplicación favorable.
El detalle de los antecedentes históricos, definiciones usadas y
criterios hermenéuticos para esta interpretación, se hallan en los capítulos previos.[5]
[1]
Joachim Jeremias, Las Parábolas de Jesús, pág. 277.
[2]
Algunos de los pasajes analizados no tienen directa relación con la escatología,
sin embargo, se incluyen en este capítulo porque refuerzan ciertas hipótesis
planteadas en la segunda parte del libro o en el capítulo anterior.
[3]
Joachim Jeremias, op. cit., pág. 25.
[4]
Ver capítulo cuatro: Figuras literarias de significado, sección sobre Las
parábolas de Jesús.
[5]
Se sugiere seguir la estructura del libro para estar en conocimiento de los
conceptos a utilizar, con todo, se indica en algunas oportunidades como nota al
pie, el capítulo y sección donde se encuentra algún concepto específico
introducido por primera vez en este capítulo.