11 Evangelios II: parábolas y anuncios (Introducción)

 


Muchas de las parábolas de Jesús, tuvieron por objetivo confrontar a los fariseos, anunciando la llegada del reino de Dios —junto con el siglo venidero y el nuevo pacto— haciendo, mediante el evangelio, un llamado a los judíos a seguirlo e integrarse a esta nueva forma de relación que establece Dios con su pueblo. El llamado que Jesús hace al iniciar su ministerio es este:

 

El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Mr. 1:15).

 ¿Podría entenderse que la gran esperanza, el reino perfecto, se había acercado si no habría de ser manifestado durante miles de años?; muchos de los dichos del Señor son más comprensibles si se enmarcan en este cambio de era: el término de un pacto y el comienzo de otro. Jesús proclama este cambio en el anuncio de la crisis del antiguo pacto y en la esperanza del nuevo: perfecto y eterno. Como dice Joachim Jeremias:

 

Todas las parábolas de Jesús obligan a los oyentes a tomar posición sobre su persona y sobre su misión. Pues todas están llenas del «misterio del reino de Dios» (Mr. 4:11), a saber, de la certeza de la «escatología que se realiza». La hora del cumplimiento ha llegado; ésta es su nota fundamental… Ha comenzado el año de gracia de Dios. Pues ha aparecido Aquel cuya oculta majestad centellea tras cada palabra y tras cada parábola: el Salvador. [1]

 Quienes no se arrepintieron de sus prácticas ni reconocieron la obra de Dios ni al Mesías, son condenados por este a perecer horriblemente en el mayor juicio de Dios sobre aquel pueblo, esto es en la guerra conocida como La Gran Revuelta Judía, en el año 70.

Bajo esta óptica se esclarecen muchos de los enigmáticos dichos del Señor y se puede llegar a una interpretación más coherente,[2] acorde a los sucesos del tiempo de Jesús y al entender el contexto de transición entre pactos que se vivía a raíz de su ministerio, concepto llamado ‘la situación de la vida de Jesús’.[3]

No se deben entender estas figuras como principios generales aplicables a prácticamente cualquier cosa, —ya que como cualquier texto al que se le atribuye múltiple significado, termina perdiendo todo valor— sino a alguna situación específica en el ministerio de Jesús.[4] En consideración a esto —tanto en el sermón del monte como en otras parábolas de los evangelios— es clave explorar la posible comparación entre los elementos de connotación negativa de alguna parábola con la clase religiosa y los judíos, la generación mala y adúltera, así como de considerar a la iglesia del nuevo pacto como sinónimo del reino de los cielos o como el significado de algún símbolo con aplicación favorable.

El detalle de los antecedentes históricos, definiciones usadas y criterios hermenéuticos para esta interpretación, se hallan en los capítulos previos.[5]



[1] Joachim Jeremias, Las Parábolas de Jesús, pág. 277.

[2] Algunos de los pasajes analizados no tienen directa relación con la escatología, sin embargo, se incluyen en este capítulo porque refuerzan ciertas hipótesis planteadas en la segunda parte del libro o en el capítulo anterior.

[3] Joachim Jeremias, op. cit., pág. 25.

[4] Ver capítulo cuatro: Figuras literarias de significado, sección sobre Las parábolas de Jesús.

[5] Se sugiere seguir la estructura del libro para estar en conocimiento de los conceptos a utilizar, con todo, se indica en algunas oportunidades como nota al pie, el capítulo y sección donde se encuentra algún concepto específico introducido por primera vez en este capítulo.

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