12.10 Evangelios III: en el monte de los olivos: Las águilas
Porque dondequiera que estuviere el
cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. (Mt. 24:28).
Otro antecedente veterotestamentario indica que las aves de presa son
también una imagen para el destino de los caídos por el asedio y la guerra que
proviene por juicio de Dios: Asaf, en Sal. 79:1-2,[2] describe como
literalmente —aunque con un lenguaje poético— luego de la caída de Jerusalén
por los caldeos en el 586 a.C., las aves del cielo devoraron los cadáveres de
los judíos muertos:
Oh Dios, vinieron las naciones a tu
heredad; Han profanado tu santo templo; Redujeron a Jerusalén a escombros.
Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos…
Según Josefo, los estandartes de las águilas estaban a la cabeza de cada
legión romana, porque los romanos creían que este era el rey de todas las aves
y, por lo tanto, representaban su dominio y servían como presagio de que
conquistarían a todos sus enemigos (Guerras 3.6.2, 5.2.1). Como se señaló
anteriormente, Cristo hizo referencia a estos estandartes al hablar de una
abominación que asolaría a Jerusalén; estandartes que causaban especial
sensibilidad en los judíos por ser considerados imágenes idolátricas. Los
Romanos durante la guerra llevarían sus estandartes no solo a la ciudad sino
también dentro del Templo (Guerras 6.7.2), de manera semejante a cómo se
profanó el Templo en otros ‘días del Señor’ en el Antiguo Testamento o en el
tiempo de Antíoco IV Epífanes.
En consideración a que como castigo por la desobediencia al pacto, Jehová
advierte a Israel que traería a extranjeros a invadirlos así como un águila (Dt.
28:49), a que los discípulos preguntaron al Señor sobre una referencia
específica para el cumplimiento de su profecía (Lc. 17:37) a que el símbolo
principal de los ejércitos romanos era el Aquila y a que las
predicciones de Cristo deben obedecer a algún asunto en particular en ‘la
situación de la vida de Jesús’, es posible concluir que Cristo entonces estaba
asociando su venida con la reunión de ejércitos romanos para desolar la capital
judía, así en la Gran Revuelta Judía, el Señor reuniría estas fuerzas alrededor
de cientos de miles de ‘cadáveres’ judíos (Guerras 6.6.7).
[1]
Ver capítulo ocho: Pactos, eras y reinos, sección sobre Dos pactos, también el
capítulo diez: Evangelios I: antecedentes clave.
[2]
Compare con el lenguaje profético de Jeremías para referirse al mismo evento:
Jer. 7:33, 15:3, 16:4 o 34:20.
[3]
Gr. ἀετός, “aetós”, águila. También se puede referir a otras aves de
presa semejantes. Este término ocurre también en Ap. 4:7, 8:13, 12:14, donde la
RVR1960 traduce siempre como ‘águila’.