12.10 Evangelios III: en el monte de los olivos: Las águilas

 


Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. (Mt. 24:28).

 Como en varias oportunidades se ha analizado, dentro de las maldiciones por desobedecer (Lev. 26 y Dt. 28) se advierte que Israel sería destruido por sus enemigos si no guardaba el pacto.[1] Esta advertencia usa distintas figuras, dentro de estas, el símil sobre una nación extranjera y lejana que asolaría la tierra de Israel así como un águila que viene volando de lejos por su presa: “Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas; gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño” (Dt. 28:49-50).

Otro antecedente veterotestamentario indica que las aves de presa son también una imagen para el destino de los caídos por el asedio y la guerra que proviene por juicio de Dios: Asaf, en Sal. 79:1-2,[2] describe como literalmente —aunque con un lenguaje poético— luego de la caída de Jerusalén por los caldeos en el 586 a.C., las aves del cielo devoraron los cadáveres de los judíos muertos:

 

Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad; Han profanado tu santo templo; Redujeron a Jerusalén a escombros. Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos…

 Explorando una posible interpretación de Mt. 24:28, muchas versiones inglesas traducen “aetós” (águila)[3] como buitre (también ciertas versiones españolas, como la BTX3), lo cual tiene cabida tanto en el léxico de la palabra griega como en la idea que son proverbialmente las aves que rondan los cadáveres. De esta traducción se infiere una interpretación: ‘así como buitres cuando rondan el cadáver, lo anunciado sería señal para el fin’, tal como la parábola de la higuera de los vv. 32-33. Sin embargo, en consideración al registro de Lucas, esa interpretación no ofrecería ninguna respuesta a los discípulos. Lucas pone esta frase como respuesta de Jesús a los discípulos luego que el Señor termina de enumerar las señales que sucederían antes de su venida: “Y respondiendo, le dijeron [los discípulos]: ¿Dónde, Señor? Él les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas” (Lc. 17:37).

Según Josefo, los estandartes de las águilas estaban a la cabeza de cada legión romana, porque los romanos creían que este era el rey de todas las aves y, por lo tanto, representaban su dominio y servían como presagio de que conquistarían a todos sus enemigos (Guerras 3.6.2, 5.2.1). Como se señaló anteriormente, Cristo hizo referencia a estos estandartes al hablar de una abominación que asolaría a Jerusalén; estandartes que causaban especial sensibilidad en los judíos por ser considerados imágenes idolátricas. Los Romanos durante la guerra llevarían sus estandartes no solo a la ciudad sino también dentro del Templo (Guerras 6.7.2), de manera semejante a cómo se profanó el Templo en otros ‘días del Señor’ en el Antiguo Testamento o en el tiempo de Antíoco IV Epífanes.

En consideración a que como castigo por la desobediencia al pacto, Jehová advierte a Israel que traería a extranjeros a invadirlos así como un águila (Dt. 28:49), a que los discípulos preguntaron al Señor sobre una referencia específica para el cumplimiento de su profecía (Lc. 17:37) a que el símbolo principal de los ejércitos romanos era el Aquila y a que las predicciones de Cristo deben obedecer a algún asunto en particular en ‘la situación de la vida de Jesús’, es posible concluir que Cristo entonces estaba asociando su venida con la reunión de ejércitos romanos para desolar la capital judía, así en la Gran Revuelta Judía, el Señor reuniría estas fuerzas alrededor de cientos de miles de ‘cadáveres’ judíos (Guerras 6.6.7).



[1] Ver capítulo ocho: Pactos, eras y reinos, sección sobre Dos pactos, también el capítulo diez: Evangelios I: antecedentes clave.

[2] Compare con el lenguaje profético de Jeremías para referirse al mismo evento: Jer. 7:33, 15:3, 16:4 o 34:20.

[3] Gr. ἀετός, “aetós”, águila. También se puede referir a otras aves de presa semejantes. Este término ocurre también en Ap. 4:7, 8:13, 12:14, donde la RVR1960 traduce siempre como ‘águila’.

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