Apéndice 4: ¿Transformación o cambio de cuerpo?

 


En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará [μετασχηματίζω] nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas. (Fil. 3:20:21, NVI).

 El verbo μετασχηματίζω “metasjematizo” (G3345) es utilizado en 5 ocasiones en el NT, es interesante notar que en 2 Cor 11:13-15 es utilizada en 3 ocasiones seguidas, dando a entender un “cambio de la apariencia” (disfraz) más que una transformación, algo que deja claramente diferenciado en el diccionario BDAG.[1] Veremos cómo esta traducción está en armonía con otros versículos que aluden a asuntos similares.

 

Fíjense bien en el misterio que les voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados [ἀλλάσσω], en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados [ἀλλάσσω]. Porque lo corruptible tiene que revestirse [ἐνδύω] de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad. (1 Co. 15:51-53, NVI).

 El verbo ἀλλάσσω “aláso” (G236) es interesante en este caso ya que quiere dar a entender la simple idea de “cambiar” una cosa por otra. Kittel en su diccionario cita estos vs junto a Hch. 6:14 y Gál. 4:20 como ejemplo de este significado, y es interesante notar que tanto en Hechos como en Gálatas traducir aláso como “transformar” generaría un total sinsentido en lo que se quiere transmitir.[2] Ahora lo que aclara de mejor manera el sentido de aláso es el verbo que se utiliza en el v. 53, donde se detalla en que consiste este cambio, y es “revestir” (gr. ἐνδύω “endúo” G1746), que normalmente se traduce como vestir, tal como traduce Max Zerwick.[3] Como complemento el BDAG le da 2 significados, uno en activo, y otro en voz media (que sería este caso) y menciona que indica el acto de “ponerse cualquier cosa sobre uno mismo”, dando como ejemplo Mateo 6:25.[4]

Ahora, tomándome del contexto, es necesario notar que en el v. 49 las “imágenes celestiales y terrenales” son tratadas con el gr. φορέω “foréo” (G5409), palabra que según Kittel tiene como uso común “llevar o usar ropa, llevar armas y el hallarse de pie habitualmente”, junto a eso, alude a Josefo, quien “usa la palabra para llevar ropa y para lo que es acostumbrado”. Por lo tanto, podemos notar que el asunto que se viene tratando no es el de la transformación del cuerpo, sino más bien, el cambio de la “vestimenta terrenal” por la “vestimenta celestial”.

 

De hecho, sabemos que, si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas. Mientras tanto suspiramos, anhelando ser revestidos [ἐπενδύομαι] de nuestra morada celestial, porque cuando seamos vestidos,[5] no se nos hallará desnudos. Realmente, vivimos en esta tienda de campaña, suspirando y agobiados, pues no deseamos ser desvestidos, sino revestidos [ἐπενδύομαι], para que lo mortal sea absorbido por la vida. (2 Co. 5:1-4, NVI).

 El verbo ἐπενδύομαι “ependuomai” (G1902) según BDAG, da la idea de “poner una prenda sobre una prenda existente”, lo cual es una obvia alusión al deseo de Pablo de ser revestido por la “casa eterna EN LOS CIELOS” una vez que esta “tienda de campaña” (cuerpo físico) sea destruida. En ningún momento se nos da a entender la idea de una transformación del cuerpo físico a un cuerpo celestial, sino el reemplazo total de uno por el otro. Para enfatizar este asunto, Pablo en el v. 8 nos menciona que estar ausente (gr. ἐκδημέω “ek-demeoo”) de este cuerpo significa estar presentes (gr. ἐνδημέω “en-demeoo”) junto a Dios. Notar el juego de verbos, en donde solo cambia la preposición.

 

En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. (Jn. 14:2, NVI).

 La expectativa entonces es que el “ser inmaterial” habitará para estar eternamente junto a Dios en la “dimensión divina”, y así poder ver a nuestro Señor cara a cara, siendo semejantes a Él (1 Jn. 3:2).[6]



[1] Frederick William Danker ed., A Greek-English Lexicon of the New Testament and other Early Christian Literature, Tercera Edición (Chicago: University Of Chicago Press, 2001), entrada ad hoc.

[2] Ibíd. entrada ad hoc.

[3] Max Zerwick, Análisis Gramatical del Griego del Nuevo Testamento (Estella: Editorial Verbo Divino, 2008), pág. 662.

[4] Danker ed., op. cit., entrada ad hoc.

[5] Endúo (G1746, como en 1 Co. 15:53), lectura apoyada por p45. Ver Bruce M. Metzger, Un Comentario Textual al Nuevo Testamento Griego (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellchaft, 2006), comentario ad hoc.

[6] Este apéndice es un aporte del hermano Matías Lagos Klimpel.

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