13.4 Hechos: Destrucción de este lugar
pues le hemos oído decir que ese
Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio
Moisés. (Hch. 6:14).
Si bien para acusar a Esteban se pusieron testigos falsos (Hch. 6:11-13),
estos no decían completas mentiras sobre el acusado. Cuando crucificaron a
Jesús y le acusaron mediante testigos falsos de decir que podía derribar el
Templo y levantarlo en tres días (Mt. 26:61), en verdad se trataba de que estos
testigos no entendieron las palabras de Jesús que efectivamente dijo (Mr.
15:29, Jn. 2:19-21) y las tomaban como antecedentes para acusarlo de blasfemar
(cf. Hch. 26:11).
De la misma manera, a Esteban se le acusa de decir blasfemias cuando
testificaron que Esteban dijo que: “Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y
cambiará las costumbres que nos dio Moisés”, palabras que muy seguramente en
efecto dijo, pero al igual que con Jesús, las tomaron como blasfemias.
Considerando lo anterior, se puede decir entonces con una buena medida de
certeza que Esteban anunció que Jesús destruiría el Templo; lo cual refuerza lo
expuesto en el análisis del capítulo doce y de lo que se ha venido exponiendo
en esta tercera parte en general. El que Jesús mismo destruya el Templo es una
reafirmación también de su manifestación en su naturaleza divina, ya que Dios
en el Antiguo Testamento era también el autor de juicios semejantes en los ‘día
de Jehová’.
Dentro de este mismo grado de certidumbre, Esteban también dijo que Jesús
cambiaría las costumbres dadas por Moisés, lo cual debe referirse al nuevo
pacto en Cristo; al nuevo orden de la relación de Dios con los hombres que ya
no estaría fundamentada en lo antiguo (la ley de Moisés, Heb. 7:11-19, 8:6-13,
9:9-11), referido acá como las costumbres que le dio Moisés al pueblo. Esto
vendría junto con la destrucción del Templo, indicando que el nuevo pacto y el
reino de los cielos en su plenitud se corresponden con la destrucción del
Templo en el año 70 (véase Mr. 14:58), tal como se ha venido planteando.