18 Apocalipsis II: iglesias, sellos, trompetas y copas (Introducción)
La profecía de Apocalipsis no debe
ser intimidante ni oscura. El epílogo de la Biblia no busca confundir ni desconcertar
a sus lectores, sino ser una verdadera profecía inspirada por Dios, y que
ofrece importantísimas revelaciones de Dios para el pueblo del nuevo pacto.
Según lo revisado en el capítulo anterior, esta profecía no era ajena a la
literatura del primer siglo y era inteligible para sus lectores.
Una estrategia que puede llevar al
intérprete a una mejor interpretación es entender el texto bajo sus propios
términos. En este sentido, se debe entender Apocalipsis como un libro escrito
por Juan —refiriéndose casi con seguridad al apóstol— quien es judío, por lo
tanto, es esperable que su profecía adopte el mismo estilo de las profecías del
Antiguo Testamento y de la literatura judía de su tiempo. En este sentido, las
pautas interpretativas no debieran estar lejos del análisis de textos
veterotestamentarios del capítulo siete: El día de Jehová, ni su argumento se
debe alejar demasiado de los temas tratados en los textos apócrifos analizados
en el capítulo anterior, Apocalipsis I: antecedentes clave.
En estos capítulos, no se buscará
agotar todo el simbolismo de Apocalipsis ni identificar todas las relaciones
veterotestamentarias del libro —para lo cual hay un buen número de comentarios
especializados[1]—,
más bien, y tal como se ha venido haciendo con los otros libros del Nuevo
Testamento, se solo buscará entregar los principales lineamientos de la
interpretación preterista de Apocalipsis.
Ya habiéndose interiorizado en el
estilo y temática general de Apocalipsis, nunca está de más señalar que
Apocalipsis es un libro profético; incluso el contenido epistolar de los caps.
2-3 que va dirigido a siete iglesias en particular, está motivado por el asunto
profético de Apocalipsis y la tensión escatológica.
Junto a lo anterior, es importante
guiarse por el momento que el mismo libro define para el cumplimiento de sus
profecías para no incurrir en anacronismos o interpretaciones alegóricas o
literalistas que no consideran los propios términos de la profecía.
[1] Ver Ugo Vanni, Apocalisse e Antico Testamento: Una sinossi
(Roma: Editrice Pontificio instituto Biblico, 1990), donde el autor identifica
814 referencias al Antiguo Testamento.
El comentario Mundo Hispano
puntualiza que casi un 70% de los versículos del Apocalipsis de Juan contiene
referencias al Antiguo Testamento: “El comentarista Swete dice que, siguiendo
el apéndice de la obra de Westcott y Hort, de los 404 vv. que componen
Apocalipsis hay 278 que contienen referencias del AT”.
Juan Carlos Cevallos, María Luisa
Cevallos, Rubén O. Zorzoli ed., Comentario Bíblico Mundo Hispano, Tomo 24:
1, 2 y 3 Juan, Apocalipsis (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2009) pág.
104.
En G. K. Beale, John's
Use of the Old Testament in Revelation (Sheffield: Sheffield Academic
Press, 1998), el autor analiza y cataloga a fondo estas referencias. En la pág. 60, en sus notas al pie de página, el autor hace
referencia a varias otras obras que hacen un estudio detallado de las
relaciones entre el Antiguo Testamento y Apocalipsis.