12.13 Evangelios III: en el monte de los olivos: El símil de la higuera

 


De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. (Mt. 24:32-33).

 A diferencia de muchos otros árboles de Judea que eran de hoja perenne, como los olivos, la higuera era de hoja caduca.[1] Jesús ilustra acá con una sencilla semejanza lo pronto que llega el verano cuando se ve el brote de las hojas de higuera (vehículo) con lo pronto que llegaría el fin del siglo, el fin del templo y la venida de Cristo cuando se cumplan las señales que describió entre los vv. 4 y 28.

Jesús se refiere a TODAS ESTAS COSAS, a todo lo anteriormente señalado: los principios de dolores, seguidos por la gran tribulación, serían los indicadores de tiempo que los discípulos querían conocer al preguntar: “¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (v. 3).

Este discurso escatológico es una sola profecía que responde a una inquietud inicial. No se trata de una amalgama de predicciones inmediatas entremezcladas con profecías ulteriores; se trata de una respuesta clara a los discípulos sobre una importante duda en concreto, donde además el Señor ofrece señales contingentes a sus discípulos y advertencias dirigidas directamente a ellos respecto a cosas que ellos mismos vivirían (Mt. 24:4, 6, 9, 15, 33, 34, 44 y Lc. 21:20).



[1] Keener, Comentario del contexto cultural de la Biblia. Nuevo Testamento, pág. 110.

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