19 Apocalipsis III: epílogo (Introducción)
Llegando a los seis últimos capítulos
del canon bíblico, de la revelación especial de Dios para la humanidad, estamos
ante textos que finalmente traen un mensaje de esperanza al hombre. A
diferencia del abrupto y agrio final del Antiguo Testamento, donde en sus
últimas palabras Dios amenaza a su pueblo en los términos de: “no sea que yo
venga y hiera la tierra con maldición” (Mal. 4:6b), la revelación de Jesucristo
—en quien se perpetúa el Nuevo Pacto, basado en la gracia y en las obras de
Dios mismo— proclama la fase final y definitiva de la consumación del plan
redentor del Señor.
Esta última parte de las Sagradas
Escrituras viene a traer un mensaje escrito directamente para las personas de
hoy, tanto para los cristianos como para los aún no creyentes, el cual consiste
en que el reino de Dios se ha consumado sobre este mundo, el cual está
disponible mediante la iglesia para todo aquel que por la fe se haga parte de
esta comunidad. No obstante, para llegar a aquel estado, antes se debe
purificar lo que es estorbo para la expansión de este reino.